Con el REIKI realizamos una aportación energética pura a nuestro cuerpo, contribuyendo con ello a aumentar el “KI” o energía vital, esto produce en nuestra estructura energética un efecto principal, el sanador, ayudando y favoreciendo las actividades internas de sanación y un efecto secundario de la expansión de la consciencia, ya que si nuestros cuerpos físicos y sutiles están sanos y desbloqueados, la energía circula libremente, la consciencia se expande y nuestra duda existencial disminuye, produciéndose una sensación de plenitud que nos satisface, nos llena y nos nutre.

Otra idea fundamental del REIKI, es que busca la armonía entre la energía individual y la universal. La energía se encuentra a nuestro alrededor y también dentro de nosotros. Constantemente estamos reaccionando y respondiendo a esta energía sin darnos cuenta.